viernes, 4 de septiembre de 2009

Ecomuseo de las Minas de Abangares.

Tan sólo a 5 kilómetros de Las Juntas de Abangares se encuentra ubicado este interesante proyecto en donde la comunidad se ha organizado para preservar y promover su identidad como pueblo minero, con la figura del coligallero (minero artesanal) como protagonista de algunas de las páginas más influyentes de la historia nacional.

En efecto tenemos que durante fines del siglo XIX e inicios del XX la actividad minera de la extracción del oro supuso un inusitado auge para la zona y una actividad bastante poco usual con relación al resto del país.

En general por todo el cantón podemos encontrar murales que representan la época en cuestión, y en este sitio podemos observar algunas representaciones de tiempos mejores para la industria minera, como el gran edificio de Los Mazos, estructura que albergaba la maquinaria de procesamiento de toneladas de material extraído de las minas y transportado en pequeñas locomotoras.

Situado en una zona de exuberante vegetación nuestra visita inicia con el pequeño edificio que sirve de contenedor de tesoros arqueo industriales, afanosamente protegidos por la comunidad local en la actualidad pero que sin duda bastante malparados ante el embate del largo tiempo en que estuvieron abandonados en la intemperie.

Los estantes guardan mil cachivaches algunos de ellos curiosos e interesantes, pero lamentablemente la mayoría en pésimo estado.

Una maqueta nos ubica espacialmente para la inminente caminata: el museo sería el pequeño edificio de la parte inferior, subiendo la montaña entre la densa selva llegaremos a los cimientos de Los Mazos y tras subir la colina seguiremos el sendero que recorría el pequeño ferrocarril hasta llegar a las minas propiamente dichas.

Pero antes de esto me llamó la atención encontrar una munición de 40mm y una granada de mortero entre los estantes. El guía sólo atinó a decir un “nunca los había visto antes” así que la pregunta queda: Cómo rayos llegaron semejantes cosas hasta el lugar?

El estado del pequeño edificio y de su colección quedaría patente con las siguientes imágenes, de esas que dicen más que mil palabras.


Luego de media hora de caminar por la cuesta más desgraciada de Guanacaste de repente aparece ante nosotros la estructura de piedra construida por italianos que soportaba la inmensa maquinaria de Los Mazos: como su nombre lo indica se trataba de pilotes de metal que trituraban docenas de toneladas de rocas cada día. Pese a que se conserva únicamente su base, esta alcanza a elevarse 8 niveles por la ladera de la montaña. El efecto es sobrecogedor, y fácilmente pasaremos la siguiente hora explorando la gigantesca mole.




En la parte superior (que corresponde a lo visto en la pintura) se daba la mayor actividad minera. A partir de 1880 el frenesí por el oro se volvió incontrolable y desde 1904 la Abangares Gold Fields propiedad del poderoso Minor Keith (constructor del ferrocarril al Atlántico y pionero de los enclaves bananeros en nuestro país) masificó la industria que llegó a tener hasta 3000 trabajadores en un poblado ahora desaparecido en este mismo sitio. La bonanza generó su propia legenda, y parte de este mito se mantiene en la imagen de los Coligalleros.


La actividad minera posee bastante más importancia para el país de lo que se supone, pues en el siglo XIX fue uno de los orígenes del capital que financió el inicio de la producción cafetalera e incluso las técnicas artesanales de molienda de rocas fueron trasladadas al beneficiado del café con exitosos resultados.

No podían faltar elementos como el puente al que le faltan bastantes tablas y con otras a medio caer. Ni siquiera es obligatorio pasarlo, pero es parte sustancial del “tour”.

La visita continúa hasta una mina en desuso. La completa obscuridad no exime al visitante de contemplar el armazón que sostiene el techo de la mina, ni los rieles que se adentran su interior. Con todo no se puede dejar de notar el pintoresco derrumbe de una de las paredes.

Cabe indicar que al final habrá que descender lo que subimos, así que es necesario prepararse para una caminata fuerte y larga, tomando las previsiones del caso con respecto al agua y la vestimenta.

Para terminar sirve indicar que la actividad minera continua, y que varias docenas de familias siguen utilizando métodos artesanales para triturar la piedra y extraer el oro. En la actualidad se utiliza el método de la amalgama y me sorprendió sobremanera la forma en que los restos de agua contaminada de mercurio simplemente son desechados en los ríos. La cantidad me parece alarmante, así que aconsejo a los visitantes no bañarse o tomar agua de los mismos.


3 comentarios:

  1. pitillo ugalde viquez26 de abril de 2010, 19:29

    solo bueno ratas pura birra rastas

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  2. Que excelente me muero por conocer!!

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